JASinto MES FEBRERO

UN DISCIPULO Y UN AMIGO
Hace tiempo alguien expreso...”solo espero que el Salvador me considere digno de llamarme su amigo”.  Tal vez esa  sea también nuestra pregunta ¿me contará Cristo como una de sus ovejas?, ¿Me llamará Su amigo?, esto es todo lo que en realidad importa.
El Salvador indicó las condiciones de su amistad cuando declaró, “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os digo”, nos dio además la prueba fundamental al decir “Por sus frutos los conoceréis”, así es como todos habremos de ser juzgados; por nuestros frutos, si nuestros frutos nos califican para ello, seremos invitados a sentarnos a la diestra de Dios, allí estarán sus amigos. 
Todos podemos formularnos estas preguntas, ¿Oramos diariamente, solos y en familia?, ¿Leemos las escrituras?, ¿Pagamos el diezmo?, ¿Estoy procurando ser su Amigo?, Alma preguntó…¿Habéis nacido espiritualmente de Dios?¿Habéis recibido su imagen en vuestros rostros?.  Lo más importante es el cambio de nuestros corazones; una  transformación que resulta en un cambio de manera de vivir.   Las preguntas subsiguientes de Alma van cambiando de generales a especificas cuando dice: ¿Habéis caminado, conservándoos irreprensibles ante Dios?, ¿Si os tocase morir en este momento...Habéis sido suficientemente humildes?, ¿Os halláis despojados del orgullo?, Hoy podríamos agregar estas preguntas: ¿Amamos a nuestros hermanos como a nosotros mismos?, ¿Somos honrados en nuestros negocios?, ¿Hemos hecho algún bien en el mundo hoy?
Debemos vivir como discípulos de Cristo, porque es a través de nuestro diario vivir que el Salvador determinara si somos uno de sus verdaderos amigos.
Que al comenzar otro mes recordemos estas palabras que nos ayudaran a ser amigos verdaderos de Cristo…“Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os digo”. 




SEAN DIGNOS DE LA JOVEN CON LA CUAL SE VAYAN A CASAR





La joven con la cual se casen se jugará la suerte con ustedes.  Ella le entregará todo su ser al joven con quien contraiga matrimonio, él determinará el resto de su vida.  Por ser miembros de la Iglesia de Jesucristo y por ser poseedores del Sacerdocio de Dios, ustedes tienen una tremenda obligación hacia la joven con quien se casen, quizá ahora no piensen mucho en eso, pero no está muy lejos el Momento en que comenzaran a hacerlo y ahora es el tiempo de prepararse para el día mas importante de su vida, en que tomen  para sí una esposa y compañera igual con ustedes ante el Señor.
Ella será suya y nada más que suya, sean cual sean las circunstancias, ustedes serán de ella y solo de ella. No deben tener ojos para nadie más, deben ser totalmente leales, invariablemente leales, esperemos que contraigan matrimonio para siempre, en la casa del Señor.  La joven con la cual se casen espera que ustedes lleguen al altar del matrimonio absolutamente puros; espera que sean jóvenes virtuosos, tanto en hecho como en palabra.  No se permitan participar en conversaciones vulgares, manténganse alejados de todo aquellos que aleje al espíritu, no consideren la palabra de sabiduría como asunto trivial, ¿podría una joven en su sano juicio querer casarse con un muchacho que fuera adicto a las drogas, que fuera esclavo del alcohol o cuyo lenguaje estuviera lleno de palabras obscenas y profanas?  Existe también otro problema del cual los jóvenes se hacen adictos...la ira, ante la provocación más pequeña explotan en un berrinche de ira incontrolable, si tienen mal carácter es ahora el momento de controlarlo.
Esfuércense por conseguir una instrucción académica, obtengan toda capacitación que puedan, el mundo les pagara mayormente según lo que piensen que valen.  Manténganse dignos a lo largo de su vida, sean buenos, verídicos y bondadosos,  jóvenes ahora es el momento de prepararse para el futuro, y para la mayoría de ustedes en ese futuro se encuentra una hermosa joven cuyo deseo mas grande es el de unirse a ustedes en una relación eterna.
…Que Dios les bendiga, mis queridos jóvenes, no podría desearles nada más maravilloso que el amor, el amor absoluto y total de una compañera de la cual sean merecedores, oro para que el cielo les sonría en las elecciones que hagan.
Presidente Gordon B. Hinckley
Conferencia General Abril de 1998

HUMOR